Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 1 de cada 4 personas requiere de atención en salud mental. La gran mayoría de estas personas no tiene un rótulo escrito en la frente que diga “¡Ayuda!”. Tampoco se encuentran corriendo a la consulta de su psicólogo al momento de que algo no anda bien. Es más, puede que ni siquiera lo sepan o lo reconozcan por sí mismos. Por estos motivos es importante tener una guía general para tener en cuenta si posiblemente usted o alguien que usted conoce necesite del apoyo de un profesional en salud mental.
Si usted piensa que usted o alguien que usted conoce puede tener un problema mental o emocional, es importante recordar que hay esperanza y ayuda.
Los siguientes son signos de que usted o un ser querido quiera hablar con un profesional de la salud mental.
En adultos, adultos jóvenes y adolescentes:
- Pensamientos confundidos
- Depresión prolongada (tristeza o irritabilidad)
- Sentimientos de extremos altos y bajos
- Miedos, preocupaciones y ansiedades excesivas
- Retraimiento social
- Cambios dramáticos en hábitos alimenticios y del sueño
- Sentimientos fuertes de enojo
- Pensamientos extraños (ilusiones)
- Ver o escuchar cosas que no están allí (alucinaciones)
- Dificultad en aumento de lidiar con problemas y actividades diarias
- Pensamientos suicidas
- Numerosas dolencias físicas inexplicables
- Abuso de sustancias
En niños mayores y pre-adolescentes:
- Abuso de sustancias
- Incapacidad para lidiar con problemas o actividades diarias
- Cambios en los hábitos alimenticios y/o del sueño
- Quejas excesivas de dolencias físicas
- Cambios en la habilidad de manejar responsabilidades (en el hogar y/o en la escuela)
- Desafianza hacia la autoridad, ausentismo, robo y/o vandalismo
- Miedo intenso
- Estado de ánimo negativo prolongado, frecuentemente acompañado de poco apetito o pensamientos de muerte
- Frecuentes arrebatos de ira
En niños más pequeños:
- Cambios en el desempeño escolar
- Pobres calificaciones a pesar de grandes esfuerzos
- Cambios en hábitos alimenticios y/o de dormir
- Preocupación o ansiedad excesiva (p. ej. Negándose a dormir la siesta en la escuela)
- Hiperactividad
- Pesadillas persistentes
- Desobediencia o agresión persistente
- Berrinches frecuentes
Nota: la observación de uno o más de estos signos no indica que la persona definitivamente tiene de una enfermedad mental. El diagnóstico de las enfermedades mentales se reserva exclusivamente para los profesionales de la salud mental.
SI USTED O ALGUIEN QUE USTED CONOCE SE ENCUENTRA ACTUALMENTE EN CRISIS, BUSQUE AYUDA INMEDIATAMENTE
Lic. Antonio Escobar 