psicología, psicoterapia, salud mental

¿Por qué ir a Terapia de Pareja?

Tomar la decisión de ir a terapia de pareja pude sentirse como un gran paso. Involucra admitir que las cosas no son perfectas en tu relación, lo cual es normalmente difícil de hacer. Normalmente, la idea de ver a un psicoterapeuta de pareja se mantiene como una idea de algo que se quiere hacer, con uno o ambos conyugues pensando que sería una buena idea, pero también sintiéndose inseguros de que hacer o si su problema específico tiene solución.

Para ayudar a aclarar el proceso, aquí hay una compilación de algunas de las situaciones más comunes que indican que una pareja se puede potencialmente beneficiar de un proceso de terapia de pareja.

  1. La confianza se ha roto.

Una de las razones más comunes para buscar la terapia de pareja es la necesidad de ayuda para superar una ruptura importante de la confianza. Tal vez por infidelidad sexual, tal vez por un romance emocional, tal vez por una serie de mentiras o engaños sobre dinero. En cualquier caso, la reconstrucción de las bases de la confianza frecuentemente puede ser apoyada al establecer un foro donde ambas partes son libres de expresar su vulnerabilidad.

  1. Las peleas y discusiones son más frecuentes.

¿Sientes que el ritmo de tu vida cotidiana está cambiando a uno más orientado al conflicto? Tal vez todas son “pequeñas” discusiones o tal vez las explosiones son enormes dejando mucho drama luego que suceden. De cualquier manera, es el patrón de aumento lo que es importante. Esto puede indicar una trayectoria riesgosa hacia discusiones constantes. Más importante, puede indicar problemas significativos bajo la superficie que no se están tratando.

  1. Pobre comunicación.

Tal vez el conflicto no es el problema, pero te sientes constantemente malentendido o ignorado. Tal vez sientes que no tienes idea de lo que está pasando últimamente con tu pareja emocionalmente. Tu pareja casi podría ser un extraño. Frecuentemente, uno de los resultados más tangibles de la terapia de pareja es el incremente en la comunicación y una mejora en la calidad. La terapia de pareja puede equipar a la pareja con herramientas que les ayuden a conectarse, escuchar y comprenderse mutuamente mucho mejor diariamente.

  1. Algo definitivamente se siente mal, pero no estás seguro de que es o por qué se siente así.

La terapia de pareja no solo es útil para solucionar problemas, también es útil para identificarlos. Digamos que algo en la dinámica de tu matrimonio ha cambiado, pero no lo puedes describir. Ya no te sientes tan cómodo con tu pareja como antes. Te sientes constantemente resentido con tu pareja, pero no sabes por qué. Estos son frecuentemente signos tempranos de que las interacciones se están volviendo poco saludables o disfuncionales. No significa que una persona tiene la culpa, más bien que la relación misma necesita apoyo y la terapia de pareja normalmente es un espacio beneficioso para iniciar ese proceso.

  1. Hay algo que quieres que tu pareja sepa, pero no ha sido posible decirle.

En algunos casos la belleza de la terapia comienza con la habitación en sí. Puede ser un lugar seguro y de apoyo para que menciones las cosas que son difíciles de hablar en otros lugares. Este espacio te puede brindar la ayuda para superar los miedos de compartir algo con tu pareja.

  1. Uno o ambos en la pareja se vuelve disfuncional durante un conflicto.

Es conocido que la forma en que una pareja maneja un conflicto es uno de los mejores predictores de si la relación será duradera o no. Tal vez tu o tu pareja se cierra, arremete o se vuelve vengativa o pasivo agresiva. Desafortunadamente, no hay escases de formas disfuncionales para manejar un conflicto, lo cual ayuda a que el problema original sea mucho peor.

  1. Han pasado por algo devastador que esa cambiando la forma en que se conectan entre ustedes.

Algunas veces el efecto devastador de una situación grave en la vida no es solo que esta situación causa dolor, pero también el efecto que tiene en un matrimonio o pareja. Muchas parejas se separan luego de la perdida dolorosa de un hijo, por ejemplo. En otras ocasiones, es un periodo largo de desempleo, una crisis de salud o problemas en la familia de origen de uno de los conyugues. Tal vez no pienses en acudir a una terapia de pareja luego de que algo tan grave suceda, después de todo ya tienes suficiente de que preocuparte. Pero mantener tu relación fuerte puede servir para unirlos y darles la fortaleza necesaria para superar la tormenta que acaba de pasar o en la que todavía se encuentran.

  1. Te sientes atascado en malos patrones.

No existe un límite al número de patrones que las parejas desarrollan en sus vidas cotidianas, desde cómo y cuándo comen y duermen (y el dormir mal está asociado a problemas conyugales), hasta cuanto tiempo pasan separados o con otras personas, hasta quien se encarga de varios quehaceres del hogar, hasta cómo interactúan con los familiares de la pareja. Tal vez un patrón disfuncional o insatisfactorio es un conyugue que siempre usa a su pareja para quejarse del trabajo, pero nunca preocuparse por escuchar las mismas quejas de su pareja sin perder el interés. Tal vez sea algo más profundo, como una división de las responsabilidades en el hogar que se siente injusta. Mientras más tiempo exista un patrón, tomara más energía y tiempo para cambiarlo. Es mejor comenzar temprano.

  1. La intimidad emocional ha desaparecido o ha disminuido bastante.

Es casi esperado que una pareja sienta que la “chispa” se ha perdido luego de vivir una década o más juntos y ahora son más compañeros de cuarto que almas gemelas. Algunas veces esto es solo porque el ritmo de la vida diaria ha comenzado a opacar la habilidad para conectarse y solo es necesario volver a plantearse las prioridades. En otras ocasiones, puede ser algo más arraigado y represente a dos conyugues que silenciosamente se han separado emocionalmente, han cambiado en formas incompatibles durante un largo periodo o han aprendido a satisfacer sus necesidades de otra forma.

  1. La intimidad física es un problema.

Los problemas sexuales pueden ser tanto un síntoma y una causa de problemas en una relación, lo cual significa que normalmente es una de las principales quejas de una pareja. En algunos casos el cambio es obvio y frustrante. Una pareja pasa de intimida física frecuente a casi ninguna y es abrumador. En otras ocasiones, es un congelamiento gradual desde estar satisfechos sexualmente el uno por el otro a apenas sentirse satisfechos. En algunos casos existe más conflicto abierto, con un conyugue expresando frustración, un conyugue constantemente siendo rechazado o el sexo siendo utilizado como una herramienta de negociación. Cualquiera que sea el caso y situación, la terapia de pareja puede ayudar a la pareja a comenzar a trabajar en eso.

Estas razones solo son algunas de las situaciones más frecuentes por las cuales una pareja puede considerar asistir a una terapia de pareja. Puede ser que te des cuenta que en tu situación de pareja existen una o más de estas situaciones y que esto ha estado pasando desde hace algún tiempo. Puede ser que existan otras situaciones que no están mencionadas aquí. Esto es válido ya que cada relación y dinámica de pareja es única. Tal vez sientas que porque algo muy serio ha pasado o tenga mucho tiempo sucediendo tu relación de pareja no tiene solución. Es comprensible que te sientas así, pero ese no es necesariamente el caso. La terapia de pareja puede abordar esa situación particular en la que tu relación se encuentra con el fin de encontrar la solución más saludable para ambos, siempre y cuando ambos se comprometan con el proceso de la terapia de pareja y estén dispuestos a cambiar y modificar las conductas que han estado afectándolos. Es importante recordar que sin importar la situación por la que la pareja este pasando, existe ayuda profesional para ayudarles a encontrar una solución saludable, así logrando alcanzar la relación romántica y amorosa que ambos merecen.

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